LLANES
Llanes, una pequeña población de pescadores y
taberneros, que esta experimentando una
floreciente crecida del comercio, cada
día mas mercaderes vienen aquí para establecerse y poder así comerciar con
puertos de enorme importancia tales como el de Amberes o el de Londres. Gentes
de toda la península vienen a vender sus mercancías y ha comprar todo tipo de
productos. Una ciudad, donde la información fluye a un ritmo vertiginoso por el
elevado intercambio que existe, de intereses, de productos y de personas.
La información entre mercaderes no escasea, he de ser
cuidadoso, tampoco quiero alertar a nadie de mi presencia o de mis intenciones.
No se quien quiso acabar conmigo, ni mucho menos los motivos,
Mientras tanto me refugio en
un hostal de mala muerte, en una zona llena de rameras, no se si podré dormir,
parece que va a estar ajetreado esta noche, en un pueblo de pescadores, no les
faltaran clientes, ya veremos. Descansaré unos
días y me daré una vuelta por el muelle
…Me dejo caer por las lonjas, el olor del pescado
fresco diluye el fuerte aroma ha podrido que emanan las manos y ropajes de
recios pescadores, que yo diría, no conocen el agua dulce. Me dirijo a los
mercaderes con menos genero, ese pescado lleva ya dos días en la lonja, ese
color, ese olor, sin duda no tienen presupuesto para salir cada mañana, es
posible que esta gente sepa como ganarse un sobresueldo...
Son gente robusta, tosca, sus manos dicen que han
estado atando cabos desde los 14 años, además brazos fuertes y peludos, la
cabeza que tiene es asombrosa, extraordinariamente grande, capitaneada por una
cara desdentada, su cabeza, se apoya sobre un cuello inexistente. El pelo
grasiento esta acentuado por el escaso pudor que siente nuestro dependiente a tócaselo
después de manipular cajas y cajas de pescado, podrido.
Entonces me dirige la palabra,
- ¡Eh forastero!
no quiero problemas, si te interesa mi
genero, compra, pero si no lárgate, la gente no se acerca y es por ti
Es fácil desafiar a un mendigo...
-Si nadie se
acerca es por que tu pescado apesta, ¿De que cloaca lo has sacado?
El hombre se envalentona y sale de detrás del puesto,
me encara, me doy cuenta de que es mas grande de lo que creí en un principio,
pero no me intimida, mas sabe el diablo por viejo
- Escucha
amigo, ambos sabemos que usted no vive de la mar, apuesto que no ha subido
siquiera en una barcaza. Ese pescado que vende esta podrido, y no tiene
variedad, seguro a que no sabe dar un buen corte a esas piezas.
- No estoy aquí
para que un sucio y harapiento mendigo me descalifique, y ya he aguantado
demasiado
El empujón que me da es considerable, pero no caigo,
me agarro a su solapa, trato de desequilibrarle, lo que no me cuesta mucho y
cae con todo su peso, por poco me aplasta, pero logro apartarme, desenvaino mi
daga y en un rápido movimiento me planto en su pecho, inmovilizado y
conmocionado acerco mi acero a su cuello, un hilo de sangre resbala hacía mi
muñeca, en su oreja, le susurro:
- No he
venido aquí a hacer amigos, he venido a hacer negocios, y sigo creyendo que
eres el mas indicado
- Esta bien
forastero esta bien, no quería pasarme de listo, ayúdame a levantarme, he
comprobado en mis propias carnes de lo que eres capaz, tienes agallas, nos
veremos mañana a primera hora en la taberna del bueno de Aitor, es un lugar
seguro para hablar de negocios
Mientras le doy la mano y le ayudo a incorporarse...